Los dos clubs están condenados a entenderse ya que el criterio deportivo de los técnicos coincide. Wenger tampoco es partidiario de esperar más
Cesc Fàbregas está sorteando cada día que pasa nuevos obstáculos para completar su fichaje por el Barça. Uno de los de mayor altura era el de su entrenador, Arsène Wenger, quien había intentado persuadir al futbolista para seguir una temporada más, pero la reunión del pasado viernes y las últimas conversaciones entre ambos han servido para que haya dado un paso atrás definitivo. Wenger ha asumido por completo que Cesc quiere jugar en el Barça la próxima temporada y ha decidido actuar con pragmatismo. El francés ha pedido a la directiva del Arsenal que acelere la venta del futbolista porque es la única manera de construir un nuevo proyecto y afrontar con garantías el inicio de temporada.
Wenger tenía el compromiso moral con Fàbregas desde el mes de mayo cuando le dio su palabra de facilitarle la salida. Sin embargo, el técnico cambió de actitud en el inicio del verano y se mostró reticente cada vez que el futbolista le recordaba la promesa. El galo se basaba en que tenía ofertas mucho mejores que la del Barça -como el Chelsea, Manchester City y Real Madrid- y no podía dar el visto bueno al traspaso. Sin embargo, las presiones del futbolista han surgido efecto. Wenger ha necesitado un mes de pretemporada para darse cuenta de una vez por todas que ha perdido a Cesc para su causa y que el Arsenal debe reforzarse de inmediato con el dinero del traspaso.
El Arsenal tiene asegurado un fijo de 29 millones de euros, más los cinco que el jugador está dispuesto a poner de su bolsillo con la renuncia de un millón por cada uno de los cinco años de su nuevo contrato con el Barça. Por tanto, el club `gunner¿ puede disponer de inmediato de 34 millones, más los variables que ahora están en discusión.Fuente: Sport.es
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